Suavecita funda un mito. Una fantasía marginal y pegajosa. En el hospital donde trabaja, el rumir corre a sus espaldas. El doctor Rodríguez la utiliza para probar una terapia alternativa en sus pacientes terminales.
Suavecita viene a fraccionar dos universos: p9r un lado, el de una mujer que descubre un don para curar a pacientes, y por otro el universo de la ciencia y la medicina tradicional en un hospital público del conurbano. En este espacio entre lo mágico y lo terrenal aparece ella con un objetivo más terrenal que mágico: ganar dinero para mantener a su hija y darle las mejores condiciones de vida posibles.