Recorrer el Silencio es una invitación a aventurarse en un camino hacia nuestro interior. No siempre es un lugar conocido, para algunos/as puede ser una novedad absoluta. Sea cual sea nuestro punto de partida, hemos decidido dar pasos en esta dirección, con más o menos dificultades en el camino, con la esperanza de llegar a ser más, de vivir con más sentido, de vivir desde dentro.
¿Qué es Recorrer el Silencio?
En este camino el que vamos haciendo en grupo en Más Que Silencio cuyas sesiones se componen de diferentes momentos:
Primer momento
Un primer momento de situarnos, pararnos, de desconectar: unos ejercicios de estiramiento, una danza contemplativa, una revisión de nuestra postura corporal, para que ésta nos ayude en nuestro objetivo, un recorrido interior del cuerpo para irlo “soltando”, relajando, etc., son algunas de las posibilidades para comenzar.
Segundo momento
Un segundo momento, más o menos guiado, para ir entrando en el silencio, para ir calmando nuestra mente. En este tiempo, aprendemos poco a poco, con algunas indicaciones, a gestionar los mil y un pensamientos que llegan a nuestra mente en cada momento, y que, en principio, nos ofrecen una dificultad para meditar. Aprendemos a no engancharnos con ellos y tampoco enfadarnos porque estén ahí.
Es también el momento de irnos habituando a escuchar, observar y poner nuestra atención en la respiración, el ancla por excelencia en este camino del silencio.
La gestión de las emociones, y el cultivo de actitudes adecuadas, son otros aspectos esenciales que vamos trabajando cada semana, lentamente, a nuestro ritmo interior. Poco a poco, aprendemos a no exigirnos tanto, a no esperar algo espectacular, y descubrimos que no necesitamos ser diferentes para tener derecho a la existencia, a la alegría plena. Si recorremos el camino, poco a poco, vamos encontrando más humildad para acoger lo que ya está dentro de nosotros/as, y esto facilita el camino.
Entre este segundo y tercer momento, algunos días, hacemos un paseo meditativo por la sala (o “kinhin”). Se trata de una meditación caminando lentamente, con la atención puesta en los movimientos de nuestro cuerpo.
Tercer momento
Un tercer momento, en el que vivimos un tiempo más largo de silencio. En ocasiones, puedo acceder a unos momentos de mucha calma, en otros, no, depende del momento de cada uno.
Si ahí recibimos algo, una palabra, una luz, una presencia… es puro don y pura gratuidad. Solo ponemos los cimientos para estar a la escucha, lo demás, no está en nuestra mano.
📌 Punto de encuentro
Sala Más Que Silencio
👉 Detalles
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