Visitaremos la planta noble de la Casa Amatller, obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch y que fue el domicilio del industrial del chocolate Antoni Amatller (1851-1910). Hoy en día conserva el mobiliario original del 1900 y sus colecciones de arte.

- El precio de la actividad es por la organización y gestión del grupo

- Cada uno debe pagar su entrada: Precio 19€

Un poco de historia:

La familia Amatller

La familia Amatller era oriunda de Molins de Rei. El abuelo de Antoni Amatller Costa, Gabriel Amatller, se trasladó a Barcelona a finales del siglo xviii e instaló su pequeña industria artesana en una casa alquilada en la calle de Manresa, en el barrio de Santa Maria del Mar.

Sus hijos, Antoni Amatller Ràfols (1812-1878) y Domingo Amatller Ràfols (1814-1877), fueron la segunda generación de chocolateros. Crearon la sociedad Amatller Hermanos, que ampliaba el negocio con el comercio de frutos coloniales, asegurando así el suministro de las mejores selecciones de cacao, azúcar y vainilla para fabricar su chocolate.

Antoni Amatller Costa (1851-1910)

Antoni Amatller Costa nació en Barcelona en 1851, y constituyó la tercera generación de chocolateros. Fue un representante de la burguesía ilustrada catalana de finales de siglo, surgida de la Renaixença y que, entre otras cosas, hizo posible el modernismo gracias a su mecenazgo.

En 1878 hizo construir una nueva fábrica en Sant Martí de Provençals, con la maquinaria alemana y francesa más moderna. Incorporó a la empresa técnicas publicitarias para ampliar el mercado. También fue un fotógrafo viajero que recorrió Marruecos (1903), Estambul (1905) y Egipto (1909) haciendo fotografías, además de participar en concursos de fotógrafos amateurs. También fue un importante coleccionista de vidrio arqueológico, colección que hoy se conserva en la Casa Amatller.

Teresa Amatller Cros (1873-1960)

Teresa Amatller fue fruto del matrimonio entre Antoni Amatller Costa y Càndida Cros Circuns. Nunca se casó y, por lo tanto, no tuvo descendencia. Su padre había escrito una cláusula en el testamento donde especificaba la voluntad de que la casa y las colecciones de la familia pasaran al Ayuntamiento de Barcelona para abrir el Museo Amatller si ella moría sin descendencia. Así pues, en 1942 Teresa decidió crear la Fundación Instituto Amatller de Arte Hispánico.