Amistad, un espacio donde las sonrisas se sintonizan.
Un refugio construido sobre el pilar de la confianza y el forjado del respeto,
donde los abrazos se traban y entretejen
con risas y palabras
y las lágrimas se diluyen en tierna compañía
Es la mano tendida en la oscuridad,
la voz que susurra aliento y mitiga la tormenta.
Un vínculo consolidado en la adversidad,
que funde las voces que celebran los triunfos
y comparte sollozos en los fracasos.
Caminar juntos, sin juzgar el ritmo del paso,
compartir silencios que dicen más que versículos.
Un lenguaje propio, articulado con miradas cómplices y risas espontáneas.
Amistad, un regalo que la vida ofrece,
un tesoro que se cuida con el roce.
La tarde cae
La amistad florece